martes, 13 de septiembre de 2011


En Chile, nacen cada año alrededor de 40.355 recién nacidos cuyas madres tienen entre 15 y 19 años. A esta cifra, se agregan otros 1.175 nacimientos en menores de 15 años. De esta forma, en nuestro país la incidencia del embarazo en la adolescencia es de alrededor de 16,16%, siendo mayor en la octava región (25%)1-4.
Uno de los problemas más complejos que actualmente confronta la reproducción humana se produce justamente en este período: el embarazo en la adolescencia, considerado como un problema biomédico con elevado riesgo de complicaciones durante el embarazo y parto, que conlleva un incremento en las tasas de morbilidad y mortalidad materna, perinatal y neonatal5-8. Tiene además implicancias socioculturales y psicológicas con elevado costo personal, educacional, familiar y social2,3.
Desde la perspectiva sociocultural, la adolescente embarazada limita sus oportunidades de estudio y trabajo, puesto que la mayoría de ellas se ve obligada a desertar del sistema escolar, quedando la adolescente con un nivel de escolaridad muy bajo que no le permite acceder a un trabajo digno que le permita satisfacer, al menos, sus necesidades básicas. Esta situación se ve agravada por su condición de madre soltera en que queda la mayoría de estas adolescentes, debido a que la pareja es generalmente un adolescente o joven que no asume su responsabilidad paterna, provocando una situación de abandono afectivo, económico y social en la madre y el niño9-12.
No obstante esta realidad, existe escasa investigación sistemática sobre el efecto del embarazo precoz en la deserción escolar. Existen aún menos estudios en el grupo de adolescentes que ha desertado antes del embarazo. Sólo algunos estudios epidemiológicos señalan en sus aspectos socioculturales, datos de incidencia de deserción escolar por causa de embarazo13.
En Chile, en el año 2000 la deserción escolar en la enseñanza básica y media fue de 11,3%, correspondiendo de este porcentaje, 9,9% a la enseñanza media con 106.000 adolescentes entre 14 y 17 años y 1,4% a la enseñanza básica15,16.
Los resultados de la encuesta CASEN 2000, muestran las diferencias entre hombres y mujeres con relación a las razones para no asistir a un establecimiento educacional, siendo en el hombre la causa principal la dificultad económica (23,6%), en cambio, en las mujeres, es la maternidad o embarazo (28,7%)14,15.
Los objetivos de este estudio fueron determinar las relaciones entre el embarazo en la adolescencia y la deserción escolar y las diferencias socioeconómicas, culturales y de rendimiento escolar entre las adolescentes que desertaron antes y durante el embarazo.
Pacientes y método
Para la determinación del tamaño de la muestra a analizar, se consideró que el número de embarazadas adolescentes en un período fijo de tiempo, es un proceso de naturaleza estocástica, que se mantiene relativamente estacionario en el tiempo, lo que implica que, básicamente sus parámetros poblacionales y distribucionales se han mantenido constantes durante los últimos años, Bartoszynski y Niewiadomska-Bugaj (1996). De acuerdo con este criterio, la muestra consistirá en un segmento de este proceso de longitud tres meses, lo que determina, de acuerdo a la información histórica disponible (el número promedio de embarazos adolescentes anuales en el Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción, es de aproximadamente 1.100 casos), aproximadamente 25% del total, es decir, 275 casos.
En la práctica la muestra fue de 223 adolescentes embarazadas, de las cuales se excluyeron 7 adolescentes que habían terminado la enseñanza media al momento de embarazarse, por lo tanto, 216 adolescentes embarazadas que desertaron del sistema escolar fueron válidas para el período. Este tamaño muestral, con 95% de confianza, tiene una precisión de aproximadamente de 65% en el caso más desfavorable y de 2% de precisión en el más favorable, lo que satisface las necesidades del estudio.
El estudio incluyó a todas las adolescentes embarazadas (223), que ingresaron a tener su parto, al Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Guillermo Grant Benavente, Concepción, Chile, en el período comprendido entre el 01 de septiembre al 31 de diciembre de 2001.
Se realizó un estudio comparativo, de corte transversal y correlacional. El grupo en estudio estuvo constituido por las adolescentes embarazadas que desertaron del sistema escolar. Hubo dos subgrupos: uno compuesto por las adolescentes embarazadas que desertaron del sistema escolar antes del embarazo (86 casos) y otro por aquellas que desertaron durante el embarazo (130 casos).
Los datos se obtuvieron a través de una entrevista personalizada y la información obtenida a través de ésta, se vació a un instrumento codificado, con preguntas cerradas y abiertas, diseñado de acuerdo a los objetivos de la investigación, durante su hospitalización en la maternidad del Hospital Guillermo Grant Benavente. Además, se realizaron visitas domiciliarias, para evaluar el entorno social y familiar de los hogares de las adolescentes en diferentes localidades de la octava región y establecer así el nivel socioeconómico (NSE), según índice específico de medición de éste y escala de Graffar.
El índice de Graffar para medición del NSE, lo define en alto, medio, bajo y miseria. Posteriormente, para subclasificar el nivel socioeconómico bajo, se utilizó el índice específico de medición del NSE, que lo divide en bajo-alto, bajo-medio y miseria.
Los datos obtenidos fueron registrados en un instrumento diseñado de acuerdo a los objetivos, el cual fue previamente validado y luego se ingresaron a una planilla de cálculo Excel XP, Windows XP.
Los datos fueron resumidos en tablas y figuras, el análisis estadístico de los resultados y la comparación estadística de los grupos estudiados se efectuó mediante la aplicación de diversas pruebas estadísticas de acuerdo al tipo de variable estudiada, chi cuadrado, prueba no paramétrica de Mann y Whitney para muestras independientes y t-Student. Considerándose significativas todas aquellas diferencias con un valor p <0,05.
Resultados
De 100% de las adolescentes estudiadas, el 60% desertaron durante el embarazo, el 40% restante ya había desertado del sistema escolar previo al embarazo.
Las adolescentes pertenecían al nivel socioeconómico bajo, pero al clasificarlas según el índice específico de medición del nivel socioeconómico, presentaron diferencias significativas, puesto que el grupo de las adolescentes que desertaron previo al embarazo, pertenecían en un mayor porcentaje al subnivel de miseria (19,8% vs 5,4%), p <0,001 (Tabla 1).
Como se observa en la Tabla 2, las adolescentes embarazadas en ambos grupos, eran en su gran mayoría solteras, especialmente en el grupo de adolescentes que desertaron previo al embarazo, las cuales en el 91,3% eran solteras versus 80,8% en el otro grupo (p <0,01).
Con respecto al antecedente del nivel de escolaridad, hubo una fuerte diferencia significativa entre los grupos, ya que el 43% de las adolescentes que desertaron previo al embarazo, sólo alcanzaron un nivel de escolaridad básica versus el grupo de adolescentes que desertaron durante el embarazo, donde sólo el 11,6% alcanzó este nivel educacional (p <0,001) (Tabla 3).
Al estudiar la repitencia de curso se observó en ambos grupos, un alto porcentaje de esta variable (46,5% versus 36,9%), (p <0,001). En porcentajes acumulados, el 20% de las adolescentes que desertaron previo al embarazo repitió 2 y 3 cursos y el 29,2% de las adolescentes que desertaron durante el embarazo repitió hasta 4 cursos. Estas diferencias no son estadísticamente significativas. Tabla 4.
En el grupo de adolescentes que desertó previo al embarazo, los principales motivos para la deserción fueron el problema económico y en el 27,6% de los casos, los problemas familiares, entre los que se destacan el abandono del padre y la separación de los padres. En tanto, en el grupo de adolescentes que desertó durante el embarazo, estos motivos corresponden a la vergüenza (41,6%) y las complicaciones obstétricas (31,7%). En 6 casos el colegio puso obstáculos para continuar los estudios (4,2%).
De las adolescentes embarazadas con deserción escolar previa al embarazo, el 68,6% no realizaba actividad educativa, laboral o recreativa organizada tendiente a utilizar constructivamente el tiempo libre. El 29,1% de las que trabajaba, lo hacía en actividades pseudolaborales y mal remuneradas.
Se ha comprobado que a menor educación de los padres mayor deserción escolar de los hijos, en este estudio también se comprobó esta relación, puesto que el 38,5% de las madres de las adolescentes que desertaron durante el embarazo, tenían enseñanza básica, versus 48,8% de las madres de las adolescentes que desertaron previo al embarazo, estas diferencias son estadísticamente significativas (p <0,005).
En ambos grupos, el padre presentaba mayor porcentaje de enseñanza media, 43,0% en el grupo de adolescentes que desertó previo al embarazo y 54,6% en el que desertó durante el embarazo. Diferencias estadísticamente significativas (p <0,05).
En cuanto al analfabetismo de los padres, sólo se encontraron tres casos, que pertenecían al grupo que desertó previo al embarazo.
Debido, probablemente, al nivel de escolaridad de los progenitores de las adolescentes en estudio, el 39,5% de los padres según relataron las adolescentes que desertaron previo al embarazo, no valoraban la educación de sus hijas, versus el 13% de los padres de las adolescentes que desertaron durante el embarazo. Estas diferencias fueron estadísticamente significativas (p <0,001). Tabla 5.
Con relación a la posibilidad de reinsertarse al sistema escolar después del nacimiento de su hijo, la mayoría (79,2%) de las adolescentes que desertaron durante el embarazo, lo encontraba posible, versus 52,3% del grupo que desertó previo al embarazo (p <0,001).
Las razones que señalaron las adolescentes que desertaron previo al embarazo, para no reinsertarse al sistema escolar fueron el criar al hijo (46%) y tener que trabajar (26%), en cambio, las adolescentes que desertaron durante el embarazo sólo señalaron como motivo la crianza del hijo (100%).
La mayoría de las adolescentes que desertaron durante el embarazo, tenían aspiraciones educacionales futuras, 86,9% versus 67,5% en el grupo de las adolescentes que desertó previo al embarazo (p <0,01). De ellas, el 40,7% y el 41,4% respectivamente, aspiraba lograr un título técnico-profesional (NS).



Discusión
En el estudio se demostró que la deserción escolar en las adolescentes no solamente ocurre durante el embarazo, sino también, en un porcentaje importante (40%) antes del embarazo. Sin embargo, sólo el grupo de adolescentes que deserta durante el embarazo ha sido identificado por las instituciones y organismos gubernamentales y no gubernamentales, como MIDEPLAN, Ministerio de Educación, SERNAM, CELADE y CEPAL entre otros, señalando que el problema de la deserción escolar en el grupo de las adolescentes ocurre a causa del embarazo4,14-17.
La baja escolaridad que alcanzan estas adolescentes y la dificultad para reinsertarse al sistema escolar, tiene un efecto negativo en la formación del capital humano y la superación de la pobreza de estas adolescentes, realidad que también ha sido reportada por Troya18. Contrapuesto con lo anterior, Evans19 comprobó que cuando las adolescentes se mantienen en el sistema escolar, tienden a posponer su primer embarazo y a usar métodos anticonceptivos.
El rendimiento escolar de estas adolescentes, durante su permanencia en el sistema era malo, puesto que la repitencia se presentó en un alto porcentaje en ambos grupos, cifra que se encuentra por sobre el promedio general nacional, que es alrededor de 10%14. Estos hallazgos concuerdan con Meléndez20, quien además señala que la deserción escolar es el último eslabón en la cadena del fracaso escolar y que un alumno repitente tiene alrededor de 20% más de probabilidad de abandonar el sistema escolar.
Los motivos de deserción escolar, en aquellas adolescentes que desertaron previo al embarazo, coinciden con los señalados por los jóvenes de nuestro país en la encuesta CASEN 2000, del Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN)14. Aun cuando este estudio coincide con varias investigaciones que señalan al embarazo como causa de deserción escolar, éstos no escudriñan en ella17. La vergüenza y las complicaciones del embarazo, como el síndrome hipertensivo y el parto prematuro, son las razones específicas que señalaron las adolescentes en esta investigación.
Las adolescentes que desertaron previo al embarazo, estaban en su mayoría sin ninguna actividad educativa, laboral y recreativa o trabajaban en actividades pseudolaborales y mal remuneradas. Situación que ya había sido detectada en otros estudios realizados por los autores, en la línea del embarazo en la adolescencia2,3.
La baja escolaridad de los padres de las adolescentes y la desvalorización de la educación por parte de ellos, coincide con los hallazgos de Luna21 y Bárcena22, quienes señalan que la baja escolaridad de los padres es un potencial factor de deserción escolar.
Esta investigación permitió detectar al grupo de adolescentes que desertó previo al embarazo, grupo que resultó ser mucho más vulnerable desde la perspectiva sociocultural, educacional y familiar, que aquellas adolescentes que desertaron durante el embarazo. El estudio demostró además, que el 100% de las adolescentes embarazadas desertaron durante el embarazo, en tanto que la deserción escolar global en Chile, a nivel de enseñanza media, incluyendo a quienes desertaron por razón del embarazo, es de sólo 9,9% (INE, 2002), lo que es un muy fuerte indicador del impacto que el embarazo tiene en este grupo de adolescentes.
Los autores consideran como limitación del estudio, la imposibilidad de conocer los antecedentes del grupo de adolescentes que deserta del sistema escolar sin estar embarazadas, lo que impide hacer un estudio comparativo más profundo, aun cuando ello no constituye uno de los objetivos de la investigación, puesto que el estudio se realizó en adolescentes embarazadas que ingresaron a tener su parto en la maternidad del Hospital Guillermo Grant Benavente, Concepción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario