lunes, 19 de septiembre de 2011

Consecuencias del inicio sexual prematuro

Con el inicio sexual precoz no sólo se corre el riesgo de un embarazo y el contagio de enfermedades de transmisión sexual, sino además, se puede desarrollar disfunciones sexuales cuando sean adultos.



En los últimos años, la vida sexual activa de los adolescentes ha comenzado a una edad más temprana. Entre los 9 y 13 años en los varones, y entre los 11 y 14 años en el caso de las niñas, es la edad promedio de la primera relación sexual en los adolescentes de países desarrollados, según estudios de la Unicef. Aunque los datos son sorprendentes, en Chile, las cifras no son menos preocupantes. En nuestro país, los 14 y 15 años es la edad promedio del inicio precoz de la vida sexual.
Aunque la población adolescente sexualmente activa se preocupa por evitar un embarazo, sus comportamientos no evidencian el mismo cuidado respecto a las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Según el jefe del departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad Católica, doctor Enrique Oyarzún, las prácticas sexuales que realizan para prevenir el embarazo, no son absolutamente seguras para evitarlo, además quedan expuestos a distintas ETS.
El doctor Oyarzún agrega: “Una de las prácticas comunes es el contacto genital no coital o masturbación mutua, la que no debe considerarse como totalmente segura para evitar un embarazo ni ETS. El coito interrupto es otra situación frecuente y debe recalcarse que no constituye un método anticonceptivo válido y que pone a las pacientes en riesgo de embarazo y de ETS. Del mismo modo, la relación anal, menos habitual en nuestro medio todavía, puede predisponer a infecciones y a secuelas coloproctológicas a largo plazo. El sexo oral, de práctica más frecuente en nuestro medio, también puede asociarse a infecciones como el VIH o el herpes”.
Según un estudio de la Comisión Nacional del Sida (CONASIDA), las conductas sexuales de la población adolescente chilena, han tenido incidencia en el alza de los últimos años del contagio de ETS.

Disfunciones sexuales

Los jóvenes que inician una vida sexual temprana, no sólo corren el riesgo de un embarazo y de adquirir una enfermedad de transmisión sexual, sino además, a desarrollar una disfunción sexual en la adultez.
Expertos opinan que los jóvenes al tener relaciones sexuales con rapidez, a escondidas, en el escaso tiempo del que disponen para estar solos, y al separar la afectividad de la sexualidad, se predisponen a tener disfunciones sexuales en la etapa adulta. Entre las que pueden desarrollar son: eyaculación precoz, anorgasmia -falta de orgasmo- o alteraciones en el deseo sexual.
Por último, el doctor Oyarzún, considera: “Creo que tenemos el derecho a decirles a nuestros adolescentes que esperen a crecer y ser más maduros psicológicamente para iniciar su vida sexual”, y pone énfasis en el rol que tienen los padres en la orientación sexual y valórica que le entregan a sus hijos.

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